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Autoevaluación: mi paso por la asignatura de EF - Celia García

¡Hola lectores y lectoras! Soy Celia García y en esta entrada voy a proceder a desarrollar mi autoevaluación en esta asignatura: Didáctica de la Educación Física de la Educación Infantil.

De todas las cosas que se nos ha pedido durante la asignatura, sé, sin duda alguna, que esta es la más complicada de todas. He de confesar que tengo cierto miedo. ¿Sabéis el típico ejercicio de hacer dos listas: una con tus defectos y una con tus virtudes? Pues veo esto un poco así. Siento que voy a descubrir muchos más defectos que virtudes (hablando en el sentido figurado). Siento que voy a ser demasiado autocrítica conmigo misma, como me suele ocurrir con el resto de aspectos en mi vida. Siento que las cosas que crea que pueda haber hecho mal van a nublar a todas las demás, por más que estas sean muchas más. Pero al fin y al cabo es un sentimiento y, aunque no pretendo quitarle importancia ni mucho menos, a veces hay que combatir un poco contra ello para poder ver con claridad la realidad.

  • ¿Qué he aprendido?

Al principio de la asignatura Jorge nos habló de la autoevaluación y yo, como supongo muchos otros de mis compañeros y compañeras, me quedé bastante sorprendida. Lo cierto es que no era la primera vez que oía hablar de este concepto, pero nunca lo había practicado ni había visto a un profesor o profesora atreverse a realizar así la evaluación de su alumnado. Y sí, digo atreverse porque dejar que seamos nosotros mismos quienes nos evaluemos es dar un voto de confianza enorme, es dejar de llevar el control y es, sobretodo, creer en que realmente somos capaces de saber por nosotros mismos aquello que hemos aprendido y cuál ha sido nuestra actitud con respecto a la asignatura. Es también un dejar de lado la afirmación de que es el docente el que debe evaluar porque es quien se ha reparado para ello. Es por todo esto que yo esperaba que Jorge al final nos dijese que no íbamos a hacer la autoevaluación pero, para mi sorpresa, no fue así.


Siempre he visto la asignatura de Educación Física, como bien dije en la primera de las entradas, como el momento de liberación en el que salíamos del aula para dejar de dar las asignaturas teóricas y movernos. Pero no siempre me gustó esta asignatura, de hecho no fue hasta los últimos años de primaria y, posteriormente, al final de la ESO y Bachiller que empecé a cogerle gusto.

Con Jorge hemos aprendido otra perspectiva de la asignatura.

Cuando dimos la clase teórica de las perspectivas curriculares me di cuenta de que prácticamente toda mi vida había aprendido desde la perspectiva técnica. Analizando las tres perspectivas llegué al razonamiento de que esa perspectiva está bien, pero que no conlleva ningún aprendizaje significativo. Y yo lo digo siempre, que con este tipo de aprendizaje es como mejor se recuerdan las cosas. Por otro lado, vi súper complicada la perspectiva crítica: esta conlleva un tiempo de trabajo y un esfuerzo que, muchas veces, no se está dispuesto a hacer pero parecía la que íbamos a llevar a cabo en la asignatura, así que iba a descubrir si lo era o no (y sí lo ha sido). De todos modos y como nos dijo Jorge, no tenemos que menospreciar ninguna ya que de todas se puede sacar chicha.


Esto se relaciona un poco con los conceptos de PJ. Arnold: conocimiento práctico en sentido débil y conocimiento práctico en sentido fuerte. Se podría relacionar cada uno de ellos con las perspectivas, ya que hablamos, por un lado, de la situación en que el alumnado sabe hacer un ejercicio pero no puede explicar el cómo o porqué lo ha hecho (sentido débil - perspectiva técnica) y, por otro lado, hablamos de la situación en que el alumnado hace el ejercicio y, además, es capaz de decirte el cómo y por qué lo ha hecho (sentido fuerte - perspectiva crítica).


Siguiendo con las cosas que he aprendido. El día que se nos propuso hacer el “baile de pies” me pareció un ejercicio muy original y divertido. Con este ejercicio aprendí la importancia de aprovechar los espacios, incluso los más pequeños. Pero no solo eso. Igual que con cualquier otro ejercicio o actividad programada que hemos tenido que hacer en pequeños grupos he aprendido a escuchar a mis compañeros y compañeras, a valorar sus propuestas; he aprendido a no callarme mis ideas o propuestas por miedo a que sean rechazas y, gracias a eso mismo, he aprendido también a aceptar que, tal vez, mi idea no sea la mejor, pero que seguro que algo puede aportar; he aprendido que no hay una única opción correcta, y que entre todos nos complementamos para que las cosas salgan mejor.


Una de las propuestas que me impactó fue la de crear un juego para superar un miedo o para hacer que un miedo nos impida actuar. Me pareció algo realmente difícil. Teníamos que buscar una situación en la que hubiese un miedo (o situación dura) a superar, una situación que tal vez ninguna hubiésemos vivido – lo que hacía la actividad más complicada –. En la lluvia de ideas venían mil ideas a la cabeza, pero teníamos que filtrar, teníamos que adaptar, teníamos que buscar la forma de que afrontar ese miedo fuese algo agradable y no aterrador. Decidimos arriesgarnos y elegir el tema del cáncer, pero sufrimos mucho porque no queríamos ofender, herir, violentar o traer malos recuerdos a nadie. Hicimos muchas propuestas de actividades y, con la ayuda de Jorge y (por mi parte) de gente exterior de confianza, íbamos creando y sacando poco a poco una actividad que, creo, fue maravillosa en cuanto a aprendizaje se refiere.

Durante todo este proceso me di cuenta de la cantidad de situaciones que existen que pueden aterrarnos, y de lo difícil que es encontrar un modo agradable, divertido de afrontarlo o normalizarlo.


En las “exposiciones” del resto de compañeros y compañeras aprendí muchísimo, ya no solo con la propia actividad sino con cómo se sentían quienes nos mostraban su juego, cómo habían llevado el proceso de creación… Aprendí que el miedo no es cosas de niños, sino que las personas adultas también los tenemos y que, a nuestra edad (sea la que sea), aún no hemos sabido enfrentarnos a muchos de ellos. Con estos juegos aprendí también que muchas veces es más fácil luchar acompañada que sola. Me explico mejor. Hubo uno de los juegos que a mí me ayudó especialmente porque trataba uno de mis mayores miedos: la oscuridad. Al principio sentía que era la única "rara", pero al hablar con el grupo me di cuenta que era algo que le pasaba a bastantes y me sentí comprendida; después, en el momento de compartir con el grupo a qué teníamos miedo al estar a oscuras me sentí liberada y, cuando tuvimos que meternos en los vestuarios a oscuras, me sentí acompañada, protegida: no estaba sola, era mucho más fácil así.


A raíz hablar de los juegos para no tener miedos, me gustaría hablar de una de las grandes cosas que he aprendido en esta asignatura: la importancia del momento de reflexión. Durante los días que tuvimos clases presenciales, las sesiones se dividían en dos partes: la práctica y la reflexión. En esta última parte, que hacíamos después de cada ejercicio o incluso antes de la sesión, en vez de al final de la misma, compartíamos cómo habíamos visto la sesión, por qué creíamos que la habíamos hecho de esa forma y no de otra, cómo nos habíamos sentido… Creo que esto ha sido una magnífica forma de aprender porque no nos quedábamos solo con los que nosotros habíamos visto, sentido, vivido… sino que veíamos lo de los demás y esto, a su vez, nos volvía a hacer reflexionar y compartir, enriqueciendo así cada vez más nuestros conocimientos.


En una de las entradas que vi ya estando confinada, se hablaba de los conceptos de Gil Madrona en su libro Justificación de la EF en EI. Si ahora mismo alguien me pidiese la definición teórica de alguno de esos conceptos, probablemente les daría una definición bastante de por casa, ya que no me quedé prácticamente con ninguna de ellas. Pero el hecho de ver las actividades propuestas por mis compañeros y compañeras, me ayudó muchísimo a entender mejor los conceptos. Eso sí, estoy más que segura de que si las hubiésemos llevado a cabo en clase no se me olvidarían en un largo periodo de tiempo pero, por desgracia, no pudo ser.


Podría decir que otra de las cosas que he aprendido en esta asignatura ha sido el perder la vergüenza a raíz de los ejercicios y actividades realizadas, pero no sería cierto.

Moverme, actuar o hablar en público nunca me ha resultado una tarea complicada y esto es algo que podría haberme facilitado bastante el poder intervenir en las clases. No obstante, había (y muchas veces lo sigue habiendo) algo en mí que considero peor que la vergüenza, y es el miedo, pero no un miedo cualquiera, miedo a que la gente me juzgue, miedo al qué dirán. Esto es algo que muchas veces me impide dar un paso adelante: yo estoy decidida pero ¿el resto?, ¿qué van a pensar? Pero aprendí (y lo sigo aprendiendo cada día) a dejar ese miedo a un lado porque esto que me paraliza es "irreal": tal vez alguien piense algo, pero yo no puedo saberlo y yo no puedo guiarme por algo que, tal vez, es inexistente; y que la mejor forma de saber si es real o no es actuar – de esto también hablo en la siguiente cuestión –.


Jorge nos propuso dividir esta primera pregunta en conceptual, procedimental y actitudinal. A mí me ha parecido más sencillo hacerlo de otra forma. Además me he dado cuenta de que lo que he aprendido y pondría en el apartado de actitudinal, va muy de la mano con la siguiente pregunta, así que lo pondré ahí.


  • ¿Qué he hecho para aprender? ¿Qué he hecho para que mis compañeras y compañeros aprendan?


Jorge en su día dijo que la asistencia a sus clases no eran obligatorias, que era una decisión nuestra venir o no a clase. Sorprendentemente, sus clases siempre estaban llenas.

Bien, pues si me preguntan qué es lo que más me ha ayudado a aprender en esta asignatura es exactamente eso: asistir a clase, estar de forma activa, participando tanto en las actividades como en las reflexiones (dando mi visión, mi punto de vista, exponiendo mis sentimientos). Y aquí debo de admitir, ahora mirándolo desde lejos, que es posible que hubiese cierta ansia en mí por participar (sobre todo en los ejercicios) y que igual debería haber cedido en ciertas ocasiones mi puesto a otra persona. Pero también es cierto que era una forma de aportar mi granito de arena a las sesiones y que (aunque fuese por ese miedo al qué dirán del que he hablado antes) no siempre que quería salía, "prefería " quedarme sentada y que participase otro/a.


He de decir que al principio de la asignatura no tenía mucha confianza en lo que Jorge nos decía cuando hablaba de cómo íbamos a llevarla a cabo, ya que en otras ocasiones me habían vendido igual de bien el pescado y la realidad es que luego no era para nada así. En la segunda sesión decidí dejar un poco de lado mis prejuicios y malas experiencias y abrirme, es decir, estar con disposición total a aprender.

Esto implicaba también darse a conocer y conocer. Conocer. Creo que las personas estamos llenas de prejuicios y la mejor forma de desmentir (o no) estos prejuicios es actuar. Esta es una forma diferente de aprender, ya que muy posiblemente aprendamos alguna cosa nueva. Me gustaría poner un ejemplo:

Hubo un momento de la asignatura en que me di cuenta de que tenía prejuicios con una compañera y, después de ver que estos no me llevaban a nada ni lo iban a hacer, quise actuar y hablar con ella (una respuesta suya a la pregunta que yo tenía bastaba). Esto me ayudó a comprender la situación y a empatizar, debo decir que incluso me ayudó a ver a esa compañera con otros ojos. De esta situación también me dejé enseñar.


Todo esto podría entrar perfectamente en la segunda pregunta del apartado ya que, al igual que me ha servido a mí para aprender, también puede haber servido al resto de la clase a ello.

Algo que sí sé con seguridad que he hecho para ayudar a mis compañeros/as en su proceso de aprendizaje en la asignatura es preparar con ahínco todas las actividades que teníamos que hacer y luego exponer, de tal manera que pudiésemos transmitir lo máximo posible a nuestros compañeros y compañeras.


  • ¿De qué me sirve lo que he aprendido, lo que he hecho para aprender y lo que he hecho para que mis compañeras aprendan?


Todo esto de lo que he hablado durante el texto me puede servir tanto para mi vida profesional como académica y personal. Los conceptos trabajados referidos a la Educación Física me sirven para aplicarlos en mi día a día como futura docente y hasta en los juegos y actividades que programe como monitora para los campamentos de verano.

Y todo el resto de cosas: la empatía, afrontar los miedos, la autocrítica, dejar los prejuicios a un lado y un largo etc. son totalmente aplicables en mí día a día, ya no en un futuro (más o menos cercano) sino en el hoy, el ya mismo. Son pequeñas cosas que ayudan a la gente a crecer como personas.


  • Cajón desastre.


En este apartado quiero hablar de tres cosas.

Lo primero es que, redactando este texto, me he dado cuenta de que estaba siendo mucho más personal de lo que me pensaba que iba a ser. Sin embargo, me he sentido muy cómoda, creo que de esta forma he conseguido que la autoevaluación sea mucho más sincera por mi parte.


La segunda cosa que quiero comentar es cómo me he visto durante este tiempo en el que he estado confinada con respecto a la asignatura. Todo y que iba leyendo los textos,haciendo los ejercicios que Jorge nos proponía y asistía a las tutorías, creo que he perdido mucho con respecto a las clases presenciales. Mentiría si dijese que no me ha servido este tiempo y que no he aprendido nada, puesto que son muchas las cosas (conceptos, actividades, reflexiones…) que he adquirido. Pero sé con total firmeza que podría haber dado más de mí y eso es algo de lo que me arrepiento.

Me resulta muy complicado ponerme una nota numérica, porque nunca lo he hecho antes. Reflexionando sobre la nota que me iba a poner han surgido tres opciones. Me pondría un 9'5 si hubiese seguido seguido el ritmo que llevaba en las clases presenciales, pero no ha sido así. Siendo autocrítica me pondría un 8'5 por esta pequeña bajada durante el confinamiento, pero creo que estaría siendo demasiado dura conmigo misma. Así que la nota que me voy a poner es un 9.


El tercer aspecto del que quiero hablar en este punto es de cómo me he sentido durante el desarrollo del texto, más allá de que haya sido bastante personal.

Jorge nos dijo que era muy importante dedicarle tiempo al desarrollo de nuestra evaluación ya que, de este modo, conseguiríamos que estuviese lo más completa posible. Por eso mismo, conforme empezaba a desarrollar el texto me nacía cierta rabia y frustración, tal vez hasta tristeza, porque era consciente que no le iba a dedicar el tiempo que se merecía, el tiempo que merecía tener mi propia evaluación y no quería que por ello no se reflejase cómo había sido mi intervención en la asignatura.

Ahora, terminando ya mi autoevaluación creo que sí que he hecho justicia a mi actitud frente a la asignatura.


Por último quiero agradecerte Jorge, de forma sincera, todo lo que has hecho y dicho durante estos meses, por haberme enseñado que en la asignatura de Educación Física no solo cuenta cuántos minutos aguantas dando vueltas a un campo de fútbol o cuántos saltos eres capaz de hacer con una comba o los diferentes conceptos que existen para justificar la EF, sino que también son realmente importante las conclusiones, los miedos, las limitaciones, el crecimiento personal… Por habernos enseñado un modo distinto de ser docente, por transmitirnos ese amor por lo que haces y por aumentar las ganas de llevar todo esto a la práctica.

Y gracias también resto del grupo, porque hemos llegado a ser un gran grupo.


¡Un beso muy grande!

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